Antigüedades orientales en el Louvre: las 10 obras más importantes

En el Museo del Louvre, en París, puedes encontrar una de las colecciones más impresionantes de antigüedades de Oriente Próximo. El departamento del Oriente Próximo en el Louvre, contiene piezas de la parte oriental del Mediterráneo hasta la India, pasando por la Península Arábiga y el Mar Negro.

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Entre las obras del Oriente Próximo del Louvre destacan el Código de Hammurabi, el relieve del león andante y el friso de los arqueros de Susa. Estas piezas representan la riqueza cultural y artística de la región y te trasladan a otro tiempo y lugar, lo que te permite aprender sobre las raíces de estas civilizaciones, así como apreciar el arte que ha sobrevivido milenios.

Obras destacadas del Oriente Próximo en el Museo del Louvre

• Código de Hammurabi
• El relieve del león andante
• Capitel del palacio de Darío I
• La estatua de Ain Ghazal
• El friso de los arqueros de Susa
• Estela del Baal del rayo de Ougarit
• Toro alado con cabeza humana
• Superintendente Ebih-Il
• Estatua sedente del príncipe Gudea
• Demonio Pazuzu

El Museo del Louvre, consciente de la importancia de preservar y difundir la cultura del Oriente Próximo, dedica una extensa colección de obras que reflejan la riqueza y diversidad de estas antiguas civilizaciones. A continuación, te presentamos 10 de las obras de Oriente Próximo más importantes y que no puedes dejar de admirar en el Louvre.

Código de Hammurabi

El Código de Hammurabi es una de las antigüedades de Oriente Próximo en el Louvre, más emblemáticas de la colección. Este monolito de diorita contiene uno de los primeros conjuntos de leyes escritas de la historia, y data de alrededor del 1754 a.C.

Esta obra no solo contiene el más completo texto legislativo babilónico, también es una obra maestra de arte y caligrafía cuneiforme.

El relieve del león andante

El relieve del león andante es una pieza de arte asiria, proveniente de Babilonia. Concretamente de los muros decorados del Palacio Nabucodonosor. Además, destaca por el simbolismo y maestría técnica utilizadas.

Esta obra de Oriente Próximo en el Louvre, muestra a este majestuoso animal en movimiento y está capturado con una precisión asombrosa que refleja tanto su fuerza como su gracia. La detallada representación de la musculatura y la expresión intensa del león demuestra el alto nivel de observación de los artistas asirios y su habilidad para capturar la esencia de las figuras.

Capitel del palacio de Darío I

Los capiteles del Palacio de Darío I no son una escultura como tal, son capiteles, que datan del siglo VI a.C. y formaban parte de las columnas de la sala de audiencias del rey Darío I.

Esta obra del Oriente Próximo en el Louvre, representa un testimonio monumental de la antigua Persia. Con una altura original de 21 metros, las columnas sostenían una sala cuadrada de 109 metros de lado, reflejando la magnificencia del Imperio persa.

La estatua de Ain Ghazal

La estatua de Ain Ghazal es uno de los hallazgos arqueológicos más extraordinarios que se exhiben en el Museo del Louvre. Se estima que podría ser la obra más antigua expuesta en todo el museo.

Originaria del yacimiento neolítico de Ain Ghazal, ubicado en la actual Jordania, esta estatua forma parte de uno de los conjuntos más antiguos de grandes figuras humanas modeladas. Su data es de alrededor del 6900 a.C.
Estas figuras, elaboradas con yeso sobre un núcleo de cañas, son desproporcionadamente planas y fueron diseñadas para mantenerse en pie, probablemente ancladas al suelo en recintos cerrados y pensadas para ser vistas solo de frente.

El friso de los arqueros de Susa

Esta pieza proviene del palacio de Darío I en Susa, antigua capital de Elam y luego una de las principales ciudades del Imperio persa Aqueménida. El friso data del siglo V a.C., aproximadamente entre 510 y 490 a.C.

Esta obra del Oriente Próximo en el Louvre, está hecha de ladrillos vidriados, una técnica que implicaba la decoración de ladrillos con esmaltes de colores antes de cocerlos, lo que les daba un acabado brillante y duradero. Los arqueros están representados en perfil, marchando en una procesión o formación militar, portando arcos y flechas.

Estela del Baal del rayo de Ougarit

La estela del Baal del rayo es una fascinante reliquia de la Edad del Bronce, que representa al dios Baal, una figura prominente en la mitología cananea. Esta estela muestra a Baal con una maza en una mano y un rayo, que planta en el suelo como si fuera un vegetal, en la otra.

Se cree que el personaje más pequeño a la derecha de Baal es el rey de Ougarit, quien está bajo la protección del dios guerrero.

Toro alado con cabeza humana

El toro alado con cabeza humana, también conocido como Lamassu, es una de las figuras más impresionantes y emblemáticas del arte asirio.

La escultura está tallada en un solo bloque que mide 4 m (13 pies) de alto y ancho y muestra una técnica refinada, con gran atención al detalle en las alas, la musculatura del cuerpo, y los rasgos faciales humanos.

La expresión en la cara del Lamassu es serena, pero imponente, diseñada para infundir respeto y admiración. Esta antigüedad de Oriente Próximo en el Louvre, está ubicada en el Sarcófago antropoide

Muy utilizado por los egipcios antiguos, el sarcófago albergaba el féretro dentro de la tumba. Es una pieza característica de las obras funerarias fenicias durante el período persa. Procedente de Trípoli, este sarcófago de mármol blanco se distingue por una tapa detalladamente esculpida y un rostro masculino elaborado con gran precisión.

Se destaca por una nariz marcada, ojos almendrados bajo párpados pronunciados y los labios esbozan una suave sonrisa, evitando cualquier gesto de disgusto.

Estatua del superintendente Ebih-Il

La mirada intensa y penetrante de los ojos realizados en lapislázuli traspasa siglos y se hace presente hoy en la figura del superintendente Ebih-Il. Contrasta con la piedra de alabastro del resto del conjunto, datado hacia el año 2400 a.C. en Mesopotamia.

Estas estatuas eran un signo de poder y estatus en la época y solían colocarse en los templos. Obsérvese la actitud de oración en el gesto de las manos unidas.

Estatua sedente del príncipe Gudea

La estatua es una representación del ensi o gobernador Gudea en Mesopotamia realizada con un bloque de diorita. Lo podemos contemplar en una actitud de oración, vestido con una túnica y ataviado con un sombrero cilíndrico.

Esta pieza datada aproximadamente en el año 2100 a.C. es excepcional por conservarse entera ya que otras que se pueden contemplar en la misma sala del Louvre son fragmentos. Todas ellas nos permiten entender la relevancia del gobernador, que aunque ostentó el poder pocos años, emprendió grandes transformaciones en la ciudad-estado de Lagash, poniendo especial énfasis en la construcción de templos (se supone un conocedor de la arquitectura) y el mantenimiento de la paz en la región.

Estatuilla de Pazuzu

La figura alada en forma de estatuilla representa el rey de los demonios y su función se relaciona con los amuletos protectores para ahuyentar las fuerzas negativas. En esta representación realizada en bronce y de cerca de 15 cm de altura observamos una argolla en la cabeza para llevarla colgada.  Está datada aproximadamente entre los siglos VIII a.C. y VII a.C. y fue hallada en lo hoy en día es Irak.

En la parte posterior de la estatuilla encontramos el siguiente texto: «Soy Pazuzu, hijo de Anu (Hanbi), soy rey de los demonios del aire que desciende con fuerza de las montañas haciendo estragos».

Cuando visitas la sección del Oriente Próximo en el Louvre realizas un viaje enriquecedor a través de la historia y el arte. Estas obras te ayudan a entender mejor el contexto histórico y cultural de estas civilizaciones para que aprecies mejor su significado y belleza.