Antigüedades griegas, etruscas y romanas en el Louvre: las 10 obras más importantes

El Museo del Louvre no es solo un icono de París, sino también una cápsula del tiempo que alberga magníficas obras de arte de la civilización occidental. El arte griego, etrusco y romano en el Louvre brilla con una luz propia, y te ofrece una ventana al pasado glorioso de estas culturas.

Te proponemos un recorrido por diez obras griegas, etruscas y romanas en el Louvre espectaculares, que no solo son imprescindibles si eres aficionado al arte, también si eres un viajero que busca conectar con la historia a través de la belleza y el conocimiento. Algunas de ellas forman del reducido número de las obras imprescindibles del Louvre junto a La Gioconda.
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Caballero Rampin
Caballero Rampin

Las 10 obras más importantes del arte griego, etrusco y romano en el Louvre

La Victoria de Samotracia

Ala Denon, Planta 1, Escalera de Victoria de Samotracia (sala 703)
Victoria de Samotracia
Victoria de Samotracia

La Victoria de Samotracia es una de las estatuas más emblemáticas y famosas. Con el permiso de La Gioconda se alza como una de las referencias clave de las colecciones del museo.

La escultura de Niké, diosa alada de la victoria fue descubierta en 1863 en la isla de Samotracia. Es una obra maestra del arte helenístico, que tiene una altura de 2,75 m y se elaboró en mármol hacia el 190 a. C. A pesar de que la estatua carece de cabeza y brazos, su presencia es tan poderosa que parece capturar el movimiento y la gracia de la victoria misma.

La Venus de Milo

Ala Sully, Planta 0, Sala 345
Venus de Milo
Venus de Milo: foto de Livioandronico2013

Esta antigua escultura griega, que data de alrededor del 100 a.C., fue descubierta en la isla de Melos en 1820 por un campesino. La estatua es notable no solo por su belleza sino también por el misterio de sus brazos perdidos, que imposibilitan determinar con exactitud de qué diosa se trata.

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A pesar de no estar completa, la Venus de Milo es considerada un ideal de belleza femenina y ha inspirado a artistas y admiradores por siglos. Es otra de las piezas indispensables del Louvre que forma parte por méritos propios de la selección de mejores esculturas entre las cerca de 36.000 que alberga el museo.

El sarcófago de los esposos de Cerveteri

Ala Sully, planta 1, sala 663
El sarcófago de Cerveteri
El sarcófago de Cerveteri — Shonagon, CC0,

El Sarcófago de los esposos Cerveteri es una obra de arte etrusca en el Louvre, que data aproximadamente del 520-510 a.C. Esta pieza representa a una pareja casada reclinada en un banquete, posiblemente simbolizando un banquete funerario.

Esta urna cineraria (para las cenizas) de terracota pintada destaca por su tamaño y la expresividad de las figuras, que reflejan una visión de la mujer en la sociedad etrusca muy diferente a la de sus contemporáneos griegos. Las mujeres etruscas de clase alta gozaban de una libertad notable, participando activamente en la vida pública, lo cual se refleja en el arte de la época. El sarcófago es también un ejemplo notable de la cerámica etrusca a gran escala.

El mosaico del Triunfo de Neptuno y Anfitrite

Ala Denon, sala 30
Triunfo de Neptuno y Anfitrite
Triunfo de Neptuno y Anfitrite

El mosaico del Triunfo de Neptuno y Anfitrite es una magnífica obra de arte que data del siglo IV d.C., originaria del norte de África. Este mosaico monumental, que mide aproximadamente 8,3 por 7,1 metros fue hallado en Constantina, Argelia, en 1845, y destaca por su majestuosidad y detallada iconografía.

La escena central del mosaico presenta a Neptuno, el dios del mar y rey de los océanos, junto a su esposa Anfitrite. Ambos están situados en un carro triunfal tirado por cuatro caballos, símbolo de poder y dominio del mundo marino. La escena de las figuras divinas se acompaña de una buena muestra de criaturas marinas creando una atmósfera de celebración y adoración hacia estas figuras mitológicas.

Este mosaico no solo es un testimonio del arte y la cultura de la época romana en el norte de África, sino también una expresión de la exquisita habilidad artística y la devoción religiosa de sus creadores.

Dama de Auxerre

Ala Denon, sala 170
Dama de Auxerre
Dama de Auxerre – Foto: Shonagon, CC0

La Dama de Auxerre es una fascinante estatua de piedra caliza que se remonta alrededor del 640 a.C., en la época arcaica de la antigua Grecia. Esta koré, de aproximadamente 0,75 metros de altura, se considera un eminente ejemplo del estilo dedálico y es posiblemente una representación de Perséfone. Originaria, según se especula, de Eleuterna en Creta, fue descubierta de manera fortuita en un pequeño museo en Auxerre, Francia, en 1907 y posteriormente trasladada al Museo del Louvre en 1909.

A pesar de su antigüedad, la Dama de Auxerre conserva un encanto singular. Su rostro muestra una leve sonrisa arcaica y está enmarcado por un cabello abundantemente rizado, peinado en amplios bucles, que recuerda el estilo egipcio. Sin embargo, la escultura ha sufrido daños a lo largo de los años; partes de su brazo izquierdo y derecho han sido reensambladas y la cara izquierda y el hombro izquierdo presentan deterioros significativos. También el paso de los siglos acabó con su policromía.

La Dama de Auxerre igual que la Hera de Samos, no solo son piezas clave para entender la evolución de la escultura griega, sino también un testimonio de la habilidad y la estética de un periodo que aún cautiva a historiadores y admiradores del arte antiguo.

El Hermafrodito durmiente

Ala Sully, Planta 0, sala 348
Hermafrodito durmiente
Hermafrodito: Foto de Jastrow (2007)

La escultura del Hermafrodito durmiente, también conocida como Hermafrodita Borghese, es una obra realizada en mármol que representa las más altas cotas del la escultura griega en el Louvre. Esta pieza muestra a Hermafrodito, hijo de Hermes y Afrodita, quien en la mitología griega es un ser de belleza dual, combinando características masculinas y femeninas.

La pieza es una copia romana del siglo II a.C. de un original helenístico y fue restaurada por David Larique en 1619. El colchón de mármol sobre el que descansa fue añadido por Gian Lorenzo Bernini en 1620, y es notable por su sorprendente realismo.

Busto de Agripa

Ala Denon, sala 23
Busto de Agripa
Busto de Agripa

El busto de Marco Vipsanio Agripa, un importante general y político coetáneo del emperador César Augusto, data aproximadamente del 25-24 a.C. y fue descubierto en Gabies y forma parte de la colección del museo desde su adquisición en 1808.

La pieza captura la esencia de su influencia en la historia romana, siendo un testimonio de la rica herencia cultural que, aún hoy, sigue impresionando a visitantes de todo el mundo.
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Crátera de Anteo

Ala Richelieu, Sala 101
Crátera de Anteo
Crátera de Anteo

La Crátera de Anteo, también conocida como el Crátera de Euphronios, es una obra maestra de la cerámica griega antigua creada entre el 515 y el 510 a.C. Esta crátera en cálice de figuras rojas, atribuido al alfarero Euxithéos y firmado por el célebre pintor ateniense Euphronios, representa una escena mitológica de lucha entre Hércules y Anteo. La pieza mide 55 cm de diámetro y 44,8 cm de altura, y está fabricada en terracota, una técnica prominente en la antigua Atenas donde fue creada.

La lucha de Hércules contra Anteo aparece en su cara principal en el momento culminante del combate, sugiriendo la victoria inminente de Hércules. En el reverso se presenta una escena de corte artístico y musical.

Descubierta en la ciudad de Cerveteri, esta crátera formó parte de la colección Campana hasta su adquisición por el Museo del Louvre en 1861, donde se exhibe actualmente en el Departamento de Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas.

Hera de Samos

Ala Denon, Planta -1, Sala 170
Hera de Samos
Hera de Samos. Foto: Shonagon, CC0

La escultura Hera de Samos es una pieza de arte griego en el Louvre, que data aproximadamente del año 570 a.C. y representa a una koré (igual que la Dama de Auxerre), una joven oferente, y no a la diosa Hera como podría sugerir su nombre. Esta obra fue descubierta en el Heraion de Samos, y es una estatua, tallada en mármol que, mide 1,92 metros de altura, aunque carece de cabeza y parte de un brazo.

A pesar de su rigidez, la escultura muestra un intento de naturalismo, especialmente en la talla de los pliegues de la vestimenta que sugiere la forma del cuerpo femenino debajo, un precursor de la técnica de los «paños mojados» que se desarrollaría en la escultura clásica griega.

Caballero Rampin

Ala Denon, Planta 1, sala 170
Caballero Rampin
Caballero Rampin

El Caballero Rampin es una de las esculturas más emblemáticas del arte griego arcaico, datada entorno al año 550 a.C. Es notable por ser una de las representaciones más antiguas de un hombre a caballo en la historia del arte. La escultura, tallada en mármol, muestra a un caballero cuya cabeza se caracteriza por una curiosa expresión y detalles finamente ejecutados, como la corona de hojas de roble y una cuidada barba.

Se da la circunstancia que mientras la cabeza de exhibe en el Museo del Louvre, las partes restantes del cuerpo y del caballo se encuentran en el Museo de la Acrópolis en Atenas. La cabeza fue descubierta en 1877 y después de pasar por manos del coleccionista francés Georges Rampin, fue donada al Louvre en 1896.

Este recorrido por la colección de antigüedades griegas, etruscas y romanas del Museo del Louvre es una verdadera invitación a experimentar de primera mano la magnificencia de estas obras clásicas. Reserva tu entrada y déjate transportar a través del tiempo por la belleza y perfección de piezas que no solo han definido eras, sino que continúan inspirando a generaciones. El Louvre no es solo un museo; es un portal a mundos antiguos, una ventana a la profundidad del ingenio y el arte humano.